El tercer día nos levantamos bien pronto. Pero amanecimos con dos malas noticias. La bici de Rodrigo tenía un pinchazo y además estaba lloviendo. El pinchazo le arreglamos rápido, pero la lluvia era un problema más grande. Fernando quería coger ya un tren para Gijón, pero esta era una opción que no entraba en la cabeza de Rodrigo y Roberto.
Finalmente nos impermeabilizamos como pudimos, con varios plásticos y cinta americana. Lo importante era que no se mojara el equipaje, nosotros ya nos secaríamos. Empezamos la etapa más dura pero también la más apasionante. La lluvia no nos molestó demasiado ya que era de poca intensidad y paró cuando llegamos al Puerto de Pajares (1378 m). Subir Pajares por la vertiente castellana no tiene nada que ver con subirle por la asturiana (por la asturiana no habríamos podido con el peso de nuestras alforjas) pero al fin y al cabo es subir Pajares.
Llegamos a Pajares, y ya estábamos en Asturias.
La bajada se presentaba peligrosa: mucha circulación, la carretera mojada, frío y mucha pendiente. Pero bajamos, casi 20 km de bajada. Alcanzamos velocidades increíbles, a pesar de ir frenando gran parte del recorrido. En un pequeño pueblo tuvimos que parar y pedir a una paisana un periódico para cubrirnos la barriga, la buena mujer nos lo dio. Al final llegamos a Campomanes.
Esa tarde intentamos por todos los medios buscar alojamiento pero fue imposible. En esta época del año Asturias está imposible, todo ocupado. Al final conseguimos algo en el pueblo anterior, Campomanes, teniendo que volver para atrás y anocheciendo. Nos metimos otra buena cena de comida-basura y así pasó nuestro tercer día.
1.Preparados para la lluvia 2.Santa María de Arbás 3.Asturias 4.Puerto de Pajares 5.Nuestra habitación ordenada 6.Con la familia 7.Cenorrio con "el Astu"
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